Centenaria y Benemerita Escuela Normal para Profesores

Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación

Historia de la Normal

Por decreto del 10 de abril de 1882, el gobernador José Zubieta ordena la fundación de la Escuela Normal para Profesores, decreto que se cumple el 4 de mayo, bajo la dirección de Santiago Enríquez de Rivera. Entonces había fuertes razones de orden filosófico e histórico que obligaban al estado a la creación de las normales, como proyecto cultural y educativo cuyo horizonte estaba en los ojos de aquellos visionarios que podían ver más allá de la realidad presente y cotidiana.

La vida institucional de la Normal para Profesores inicia como Departamento en el Instituto Literario de Toluca, pues son institutenses sus primeros alumnos cuyos ideales eran fuertemente regidos por la vida universitaria y el trabajo académico. Sin embargo, habrían de pasar veintiocho años antes de que se dotara a la Normal de un edificio propio. Nueve años después, en 1891, al Gral. José Vicente Villada, Gobernador del Estado, decide unificar el Asilo para Niñas Huérfanas con la escuela primaria que llevaba su nombre y se funda, también por decreto, la Escuela Normal para Profesoras y de Artes y Oficios. Posteriormente estas dos instituciones habrían de fusionarse en nuestra Normal para Profesores. Dicho Asilo había sido fundado en 1871 y fue ubicado en el Ex Convento del Carmen, donde más tarde se radicaría el Internado para Varones de la Normal.

Hacia 1907, y como una de las obras principales en torno a las celebraciones del primer centenario de la Independencia, comenzó la construcción del edificio que aún nos alberga, con la dirección del arquitecto Vicente Suárez Ruano, auxiliado por algunos pedagogos que intervinieron con sugerencias destinadas a hacer de esta construcción una verdadera escuela; por ello éste es uno de los pocos edificios en los que se previó lo necesario y lo justo en dimensiones adecuadas. La bella edificación en la que ahora habita la Centenaria y Benemérita Escuela Normal para Profesores, inaugurada el 27 de septiembre de 1910, surgió en el más puro estilo del art nouveau.

Desde la inauguración del edificio y hasta la fecha, esta Escuela Normal ha vivido las vicisitudes de una sociedad cambiante, y ha debido adaptarse para responder a las necesidades surgidas de la evolución del entorno.

Los años de la Revolución significaron un enorme sacrificio para los normalistas; sin embargo, esta casa de estudios no dejó de funcionar ni siquiera en los años más difíciles (1916-1918) en los que las enfermedades y la hambruna se dejaron sentir, merced de los esfuerzos de la heroica maestra María Remedios Colón, quien a costa de su patrimonio personal, sostuvo a las señoritas del internado; aunque debieron salir a pedir alimento a las casas ricas de la ciudad.

Hacia 1920 llegó a dirigir esta escuela el ameritado Profr. Gregorio Torres Quintero, quien, aparte de su prestigio, fue un auténtico revolucionario en la pedagogía. Torres Quintero propuso innovaciones metodológicas que vuelven a ser puestas en el escritorio magisterial, como es el caso del método onomatopéyico. Le sucedieron en la dirección personas muy reconocidas como el psicólogo Luis Herrera y Montes y el poeta Juan Rosas Talavera.

La edificación inicial se convierte poco después de su inauguración en semillero de escuelas que habrán de vivir el conflicto generacional con la institución que les acogió originalmente. Han nacido en la Normal para Profesores las siguientes instituciones.

(1882) Primaria Anexa, llamada “Eudoxia Calderón” desde 1986
(1916) Escuela de párvulos, más tarde Jardín de niños “Lauro Aguirre”
(1916) Secundaria No. 2 Anexa a la Normal para Profesores, actualmente “Lic. Adolfo López Mateos”
(1943) Instituto de Capacitación del Magisterio
(1958) Normal de Educadoras
(1981) Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México (ISCEEM)
(1984) Conservatorio de Música del Estado de México (COMEM)
(1985 a la fecha) Preparatoria Anexa.

No se puede afirmar que estas instituciones sean todas hijas de la Normal, algunas sólo tuvieron el permiso para establecerse, sin compartir con la escuela que las acogía más que el espacio físico.

La Centenaria y Benemérita Escuela Normal para Profesores se ha visto inmersa en diversas reformas a la educación normal, lo que ha requerido grandes esfuerzos y modificaciones en el proceder y el pensar de todos los involucrados y ahora inmersos en el contexto de un mundo globalizado y competitivo, que reclama de nuestros normalistas, competencias que respondan a una realidad demandante y compleja, nos ha tocado ser los ejecutores de una idea, y con la acción y la idea hemos arribado a la realidad, para encontrarnos ante nuevos desafíos y problemas. Así estamos trabajando, sin olvidar nuestra historia, pero planteándonos nuevos retos.